Mi noviembre todavía tiene ese octubre sin ti.

Para. Es inútil. No es un capricho, y lo sabes. No es cuestión de tiempo; es cuestión de querer olvidarlo. ¿Quieres olvidarlo? ¿Si? ¿No? Tonta. Ya ni sabes lo que quieres. Contradicciones. Lo quieres, al igual que quieres olvidarlo. Lo quieres, al igual que lo odias. Un odio, que realmente es un amor dolido, decepcionado. Al igual que sientes que te hiere, es él el que te alegraba día a día. No sé qué lado creer. Y qué le hago. ¿Finjo indiferencia? Imposible. Y no, en unos meses no mirarás atrás y te reirás de esto. Estás perdiendo el tiempo. Tu tiempo. Ahora para y piensa. ¿En qué? Ah sí, en nada. Y tú lo sabes. Pero sigues luchando. ¿Te das cuenta? Te contestas a ti misma. Sigues luchando. ¿Por qué? Porque te importa. Porque le quieres. Porque no te basta con mirarlo. Aplícatelo. No intentes sacar de tu cabeza al que no puedes sacar de tu corazón. Si te quiere te aceptará tal y como eres. Con tus errores. Tus defectos. Si no, párate a pensar. Piensa en lo que necesitas, y por lo que verdaderamente merece la pena luchar.